Las personas que tienen un perfil emprendedor son capaces de identificar oportunidades de negocio donde los demás jamás lo intuirían, pero lograr que un producto o un servicio sea rentable supone recorrer un largo camino hasta lograr alcanzar los objetivos previstos. Gabriel Torres, director de innovación de Pascual, socio promotor de POLO positivo, afirma: “Intenta acabar con tu idea por mil vías y si sigue viva es que hay algo”.
¿Qué es un Producto Mínimo Viable?
Un Producto Mínimo Viable (PMV) es un prototipo del producto o del servicio que se quiere llevar al mercado y que cuenta con las características básicas para satisfacer las necesidades de los clientes. Permite sacar conclusiones para continuar con el siguiente paso de iteración sin realizar una gran inversión en tiempo y recursos económicos.
Se trata de una estrategia para reducir riesgos porque se obtiene información de valor para poder realizar las mejoras necesarias para satisfacer las expectativas de los early adopters, que son los clientes que se convierten en consumidores de manera inmediata cuando conocen los primeros beneficios de un servicio.
Contar con la presencia de uno o varios mentores en la elaboración de un PMV es una manera de conocer de primera mano los procesos que van a ser exitosos y los potenciales errores. La mentorización es uno de los procesos en los que confía POLO positivo, como aceleradora de proyectos industriales, para trabajar en el apoyo de proyectos potencialmente rentables. Los mentores son personas de reconocido prestigio que pueden aportar, desde su propia experiencia, tanto conocimiento sobre los procesos exitosos que debe seguir un proyecto, como los errores que hay que evitar, probablemente porque ellos mismos ya los cometieron en su momento.
Pasos para crear un Producto Mínimo Viable
Como decíamos, crear un proyecto exitoso es un camino largo y a veces pedregoso donde es fácil perderse. Por eso, vamos a ver los pasos que hay que seguir para desarrollar un PMV:
- Hacer una propuesta de valor que ofrezca beneficios a los potenciales clientes.
- Realizar un estudio de mercado para conocer si un proyecto empresarial tiene viabilidad comercial. Tendremos que analizar oportunidades, nichos, definir el tamaño que queremos tener, conocer la competencia y anticipar riesgos.
- Definir el buyer persona, es decir, nuestro potencial cliente y el proceso que se lleva a cabo desde que conoce el producto o servicio hasta que realiza su adquisición.
- Tenemos que marcar tiempos para que sean los adecuados para poder sacar conclusiones relevantes.
- Probar el producto o servicio con los early adopters. Vamos a conocer si el mercado aprueba nuestra solución y las áreas de mejoras que se pueden adoptar.
- Valoración de los feedback recibidos y decidir si el proyecto está listo para ser lanzado al mercado o, por el contrario, necesita realizar modificaciones.
En todo este proceso, la participación de los mentores es fundamental para interpretar de manera adecuada cada uno de los resultados y poder sacar conclusiones válidas. Su experiencia tanto en el sector seleccionado como en el proceso de hacer rentable un proyecto, va a agilizar los protocolos y a que tengamos más garantías de éxito.
José Ramón Gutiérrez, director de Soluciones Industriales y Corporativas en Grupo Antolin: «En base a mi experiencia, considero que la estrategia ‘agile’ aporta valor, principalmente en las primeras fases de ideación, prototipado y testeo de la solución, puesto que las etapas iniciales requieren avances rápidos y retroalimentación continua”.