Para comenzar a contar la historia de la Fundación Caja de Burgos tenemos que hablar de un precedente: su cambio organizacional. Después de ser una caja de ahorros, fruto del proceso de reestructuración, Caja de Burgos se convirtió en 2013 en una fundación bancaria cuya principal actividad es la realización de actividad social, cultural y económica. En Burgos, es la principal entidad privada en inversión social y en Castilla y León es un agente activo.
Hoy cuenta con un presupuesto anual de 14 millones de euros, cerca de 20 centros y una plantilla de 200 personas, y desarrolla alrededor de 7.000 propuestas cada año en las áreas de Cultura, Educación, Asistencia y Solidaridad, Salud y Bienestar, Medio Ambiente y Dinamismo Empresarial.
Tras dos planes estratégicos, uno con el objetivo de la consolidación (2013-1017) y otro con el reto de conseguir el crecimiento (2017-2021), la entidad acaba de comenzar una nueva hoja de ruta para sus próximos cinco años (2022-2026), con la sostenibilidad, la digitalización, el talento y el emprendimiento como ejes transversales.
VISIÓN
Como visión, la Fundación Caja de Burgos se ha fijado el reto de ser una entidad transformadora de la sociedad. En este sentido, fomentará la participación ciudadana en procesos creativos, el desarrollo crítico del pensamiento contemporáneo e impulsará acciones de sostenibilidad y digitalización que favorezcan el desarrollo contemporáneo, la creación de empleo, la inclusión y la colaboración. Para ello, implantará un modelo de gestión basado en criterios de equilibrio presupuestario, calidad, eficiencia, transparencia y comunicación, innovación y desarrollo del talento, que guiará su forma de actuar en la sociedad.
Los objetivos estratégicos que se ha marcado para los próximos cinco años son:
- Promocionar la COHESIÓN SOCIAL Y TERRITORIAL así como el bienestar de las personas mediante iniciativas que contribuyan a una sociedad más comprometida, que den respuesta a las nuevas necesidades sociales y que reduzcan la brecha digital del Tercer Sector.
- Impulsar una NUEVA CULTURA que fomente la participación ciudadana en la actividad cultural y en los procesos creativos, abriendo espacios de debate en el marco del pensamiento contemporáneo y generando proyectos de inclusión cultural.
- Ofrecer una EDUCACIÓN INNOVADORA Y DE CALIDAD a través de nuevos procesos de aprendizaje que permitan formar ciudadanos del futuro, libres, con conciencia social, con pensamiento crítico, cooperativos y promotores del cambio.
- Aportar SOLUCIONES FINANCIERAS, adecuadas a las necesidades de nuestra población objetivo.
- Contribuir a la SOSTENIBILIDAD mediante iniciativas que impulsen la reconexión con la naturaleza, la lucha contra el cambio climático, la economía circular y la mejora de la biodiversidad.
- Mejorar la SALUD de los ciudadanos mediante propuestas de ocio, actividad saludable y servicios que fomenten la socialización y aumenten su calidad de vida, y
- Acelerar el progreso económico y la creación de empleo mediante la atracción a la CREACIÓN, LA DIGITALIZACIÓN Y EL CRECIMIENTO de empresas eficientes y socialmente responsables. Este último objetivo le une estrechamente a POLO positivo. La experiencia y trayectoria de la Fundación en este ámbito hace que su participación como socio promotor y como oficina técnica del proyecto sea imprescindible.
Javier Cuasante, responsable de Dinamismo Empresarial de Fundación Caja de Burgos, afirma que “es importante trabajar para la creación de un ecosistema de empresa, innovación y conocimiento que relacione a emprendedores y genere colaboraciones y sinergias de alto valor”.
Instalaciones, formación, mentorización, ayudas económicas, gestión en la transformación digital… Las pequeñas y medianas empresas burgalesas y los emprendedores tienen en la Fundación Caja de Burgos un aliado para su desarrollo y crecimiento, para que los proyectos viables no se queden solo en ideas y sean realidades palpables.