El 93% de las empresas cuentan con al menos una mujer en los cargos de alta dirección. Las cifras no engañan; el liderazgo femenino se encuentra en un momento de crecimiento y, sobre todo, de consolidación en el entorno empresarial. Lo cierto es que en el sector industrial, que es el que nos ocupa en POLO positivo, la presencia de mujeres en altos cargos tiene un crecimiento más lento. La jornada ‘Mujer e Industria’, que tendrá lugar el día 21 de noviembre, quiere dar visibilidad al liderazgo femenino con el objetivo de apoyar su presencia en los entornos de innovación.
Aunque el compromiso con Naciones Unidas es de llegar a un 40% en 2025, en este momento nos encontramos en un prometedor 38% en cuanto al porcentaje de mujeres que ocupan puestos directivos. Estamos en el camino, y POLO positivo y sus socios promotores son un ejemplo de responsabilidad que han logrado dejar atrás las tradicionales demandas para la inclusión de la mujer en el mercado laboral, superando esa premisa y logrando posicionar el talento en el puesto que le corresponde.
Atendiendo a la evolución de los datos, lo más significativo es que año tras año se mejora el posicionamiento del liderazgo femenino. El aumento respecto al año pasado es de un 0,5% y, además, se presenta un crecimiento en el porcentaje de mujeres que ocupan los puestos tan decisorios en las compañías como son los de consejera delegada, directora general y directora de tecnologías de la información.
Un claro ejemplo de esta tendencia se encuentra en nuestros socios promotores, que cuentan con mujeres en posiciones directivas que ostentan un determinante poder decisorio. Destacan casos notables como el de Cristina Blanco, CEO de Antolin, o María Eugenia Clemente, CEO de Aciturri Aeroestructures. Pero tenemos otras figuras de gran responsabilidad como es el caso de Carole Tonello, vicepresidenta de Desarrollo de Negocio en Hiperbaric o Natalia Fernández, directora de Negocio Lácteo de Grupo Pascual.
Esta presencia de la mujer está en POLO positivo también, además, a través del emprendimiento con nuestros programas: DESAFÍO industrial, IMPULSO pymes e IMAN de ideas. Ana María Díez confió en POLO positivo para realizar un exitoso proceso de transformación y digitalización del negocio su familiar: Embutidos Rioseras. Gemma Arnáiz fue la ganadora de la II edición de DESAFÍO industrial con su aplicación Smart Energy APP, un proyecto que sigue en marcha y para el que ha contado con la mentoría de Antolin. Almudena García, gerente de García Varona, recibió en 2021 el Premio Mujer Emprendedora y este año ha pasado a formar parte de nuestra aceleradora a través de IMPULSO pyme para lograr el asesoramiento necesario en el proceso de crecimiento de la compañía.