No sabemos si le habrá tocado la lotería a algún emprendedor, de lo que sí estamos seguros es que hoy 22 de diciembre la suerte les ha sonreído a todos ellos porque entra en vigor la nueva Ley de Startups. Una norma que reduce de manera significativa las trabas administrativas y supone beneficios fiscales y flexibilidad para la gestión de los principios mercantiles y concursales de las empresas.
¿QUÉ ES UNA STARTUP?
Para Javier Cuasante, director del área de Dinamismo Empresarial de Fundación Caja de Burgos y coordinador de la oficina técnica de POLO positivo, esta Ley supone un paso importante porque de inicio define claramente lo que la administración entiende que es una startup: empresas de nueva creación o de un máximo de cinco años desde su constitución y de siete en el caso de pertenecer al sector de la biotecnología, la energía, el industrial o del avance de la tecnología; que cuenten con un establecimiento permanente en España y con al menos el 60% de plantilla con contrato laboral en el país; reconocida como empresa innovadora; que no haya cotizado ni distribuido dividendos desde su creación y con un volumen de negocio que no supere los cinco millones de euros.
Unas características que se sustentan en los pilares intrísecos de la naturaleza de una startup: negocio de nueva creación que se apoya en soluciones tecnológicas, escalables y con posibilidad de exportarse a otros mercados.
ATRACCIÓN Y RETORNO DE TALENTO
Cuasante afirma que hay que apoyar no solo el nacimiento de estas empresas sino también su crecimiento. Para ello la nueva ley prevé incentivos fiscales para las empresas, inversores y trabajadores de startups:
- Reducción del Impuesto de Sociedades (pasa del 25% al 15%) y del Impuesto sobre la Renta de No Residentes durante cuatro años y el aplazamiento del pago de la deuda tributaria sin intereses ni garantías.
- Se facilita el uso de las opciones sobre acciones (stock options) como forma de retribución y se eleva su exención fiscal de 12.000 a 50.000 euros anuales y se retrasa su tributación al momento en que se hagan líquidas, ya sea por la venta de las acciones o por salida a bolsa de la empresa.
- Se eleva la base máxima de deducción por inversión en empresas de nueva o reciente creación (de 60.000 a 100.000 euros anuales), el tipo de deducción pasa del 30% al 50% y se amplía el periodo que considera una empresa de reciente creación
Para atraer talento se mejora el régimen fiscal del Impuesto sobre la Renta de No Residentes aplicable a directivos y empleados de las startups, inversores y “nómadas digitales” (personas en teletrabajo desplazadas temporalmente a territorio español) y sus familiares, que podrán acceder a un visado especial de hasta cinco años. Asimismo, se favorece el retorno del talento al rebajar a cinco años la no residencia previa en España para acceder a este régimen especial. Se elimina la doble cotización a la Seguridad Social para aquellos emprendedores que mantengan de forma simultánea un empleo por cuenta ajena
“Si de verdad queremos ofrecer oportunidades para que se desarrollen este tipo de empresas y atraer a profesionales cualificados que las pongan en marcha y aporten su conocimiento y su experiencia (el ansiado retorno del talento) hemos de ofrecer al menos las mismas facilidades que otros países de nuestro entorno para su establecimiento y desarrollo” afirma el director del Área de Dinamismo Empresaria de Fundación Caja de Burgos.
LA NUEVA LEY DE STARTUPS Y POLO POSITIVO
“Esta ley nos parece un paso muy positivo, porque recoge muchas de las demandas que se han ido trasladando a la administración y ofrece un enfoque integral para mejorar la demografía de los negocios”. Javier Cuasante afirma además que “los emprendedores están a favor de simplificar, abaratar y acelerar los trámites para poner en marcha un negocio de estas características, ya que se requiere agilidad en la respuesta al mercado y dedicar los esfuerzos a generar valor a través de los productos/servicios que se ofertan, no dedicando tiempo de los promotores (los equipos de trabajo en el inicio suelen ser muy reducidos) a farragosas tareas administrativas. Piden también que los instrumentos de apoyo y la financiación se destine no sólo al momento inicial, sino a los primeros años de actividad, que son vitales para estabilizar el negocio y hacerlo escalar hasta alcanzar un tamaño de empresa sostenible”.
EL FUTURO DEL EMPRENDIMIENTO
Según los datos ofrecidos por el ‘Mapa del Emprendimiento 2021’ elaborado por South Summit y la IE University, las startups españolas han superado los 2,7 años de vida, lo que muestra proyectos más maduros respecto a años anteriores (2,2 años de vida media en 2019 y 2,5 en 2020).
“Esta ley era necesaria para eliminar trabas burocráticas y flexibilizar los trámites para la constitución y la inversión en estas empresas. En España disponemos de iniciativas privadas que apoyan el nacimiento y la consolidación de este tipo de entidades, como es el caso de POLO positivo, que aportamos no sólo experiencia y conocimiento a través de sus mentores, o fondos para el desarrollo de prototipos y la financiación de las primeras etapas, sino además la posibilidad de desarrollar implantaciones piloto en grandes industrias para validar y afinar las soluciones propuestas antes de salir al mercado”.